In dubio pro natura, lo que quedó en el tintero y lo que se avanzó legislativamente en Argentina

En materia de legislación ambiental 2020 tuvo sus bemoles, para Argentina, sin embargo hubo acuerdos que serán hitos ambientales como la ratificación del Acuerdo de Escazú, que nos garantizara el derecho efectivo a la información ambiental, acceso a la justicia en temas ambientales y una materia pendiente que igualmente hay que trabajarla mucho que es la participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales. Y acerca de este punto queda mucho por dialogar acerca de lo vinculante, referido a la participación publica en la toma de decisiones.

Una de las ultimas actividades dentro de la agenda legislativa verde, se centro en los microplasticos, que también tuvieron luego de una larga espera, su normativa. Con un tiempo de gracia de dos años para su aplicación efectiva, trata la prohibición de importación y comercialización de estos materiales en la Argentina. Recordemos que los microplasticos están presentes principalmente en cosméticos y artículos de higiene oral. Estos polímeros son sólidos e insolubles, de efecto acumulativo, son ingeridos por fauna marina y eventualmente con productos de pesca son ingeridos por los humanos.

Los incendios forestales que quedaron en la retina ecológica de los argentinos dieron lugar a que se reforme la Ley N° 26.815 de Manejo del Fuego, que prohíbe realizar modificaciones en el uso de las superficies afectadas por incendios forestales por el término de 60 años en el caso de bosques nativos o implantados, áreas naturales protegidas y humedales, y de 30 años en el caso de zonas agrícolas, praderas, pastizales o matorrales. Múltiples discusiones se plasmaron tanto en redes como en portadas de medios de comunicación acerca del tema. La presión social fue crucial.

Yolanda, vino para quedarse, la educación ambiental es factor clave en todos los niveles.
Estamos hablando de la ley en honor a la primera Secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano de Argentina, Yolanda Ortiz, que establece una capacitación obligatoria en materia ambiente, con perspectiva de desarrollo sostenible y con especial énfasis en el cambio climático para todos los empleados de la función pública, en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación.

Para complementar esta Ley, esta en agenda el debate de la Ley de Presupuestos Mínimos para la Implementación de la Educación Ambiental, rebautizada durante el debate en las comisiones de Diputados como «Ley Pino Solanas», en conmemoración al fallecido ex legislador militante de las causas medioambientales.
La misma busca impulsar la conciencia ambiental en los niños, niñas y adolescentes desde las currículas escolares y también desde los ámbitos no formales -clubes sociales u organizaciones sociales- e informales -los medios de comunicación y la familia-.

Bajo el slogan de Ley de Humedales ya!, los ambientalistas en especial siguen esperando esta normativa fundamental. Sin agua no hay vida fue uno de los tantos fundamentos que en miles de notas a diferentes actores a lo largo del año y avivado por los episodios de incendios (hubo 400.000 hectáreas de humedales arrasadas por el fuego) se dieron en medios de comunicación. Deuda pendiente y ojala sea Ley en este 2021.


Se plantea uso respetuoso, fondos para humedales, participación ciudadana, inventarios (la inclusión de los humedales en el Ordenamiento Ambiental del Territorio) y perspectiva de genero en proyectos, para poner en valor los roles y contribuciones de las mujeres en defensa de estos ecosistemas. Sin embargo uno de los puntos calientes fue el capitulo penal, que luego de largos debates se acordó eliminar el capítulo que reprimía con 2 a 6 años de prisión a quienes destruyan o deterioren los humedales.

Se sigue trabajando en la prohibición de los plásticos de un solo uso, replantearse la gestión de los residuos y el consumo de descartables (más que nada plástico), es un punto crucial del proyecto. Se trata de productos que se usan apenas 20 minutos y pueden tardar hasta 500 años en desaparecer completamente. A nivel mundial, se estima que el consumo de plástico ronda las 320 toneladas por año, con un incremento del 900% en las últimas 4 décadas. Gran parte de los mismos van directo a los océanos.

También esta tratándose en comisiones, la Ley de Envases. Uno de los factores a considerar es que los fabricantes deben internalizar el costo de la gestión de los residuos. Hoy, se estima que los envases representan el 60% del volumen de una bolsa de residuos domiciliarios, según un estudio del Círculo de Políticas Ambientales. Recordemos que esta normativa de Envases Post-Consumo, es debatida en la Cámara Baja desde hace años y en 2018 tuvo su máxima discusión.

Los Argentinos fuimos pioneros en la discusión de regulaciones bajo el principio REP (Responsabilidad Extendida del Productor), sin embargo llevamos más de dos décadas debatiendo proyectos de gestión de envases, esperemos que este años ya tengamos una ley que mitigue el impacto de los envases posconsumo.

Chile, Uruguay y Brasil ya cuentan con una legislación en este sentido. Figura en los proyectos la fijación de los estándares mínimos que deben cumplir los sistemas de gestión públicos, privados y de Depósito, Devolución y Retorno (DDR), aplicando el principio de Responsabilidad Extendida del productor a los fines de prevenir y minimizar el impacto sobre el ambiente de los envases, promoviendo la reutilización y el reciclado. También contemplan el pago de un canon por envase, por otra parte la valorización se da en función de criterios geográficos, demográficos y de conectividad.
Quizás uno de los temas que mas se debatió en torno al tema fue la inclusión socio-laboral de los trabajadores recicladores.

Por ultimo, se esta debatiendo en ambas Cámaras el fomento de la agroecología. También muy esperada que tiene por objeto promover y fortalecer políticas, programas, proyectos y acciones que le den un mayor impulso al desarrollo de Sistemas de Producción Agroecológica teniendo como base la sostenibilidad. En parte del debate se sostuvo que es necesario producir sin agroquímicos dado que «entre el 30 y el 50 por ciento de la materia orgánica de los suelos se perdió por la utilización de estos productos».

Finalmente, entran en la agenda, transversal a todos estos temas los ODS y la otra agenda global, la agenda 2030 que viene a poner en el tapete profundos temas a resolver con una nueva mirada, donde el objetivo 17, alianza para el logro de los objetivos nos marca la ruta a seguir con un plazo bien marcado y no muy lejano. Ojala los tiempos legislativos acompañen y no estemos hablando de años de discusión (y algunos lobbies por medio) acerca de cuestiones que hacen a la sostenibilidad en este caso, como la de los envases post consumo, que lleva mas de una década de debate por poner un ejemplo.

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