Magnolias de Acero. Mujeres fuertes y ambiente

Magnolias de acero, es una película de los 80′ que mas allá de ser una comedia dramática refleja toda la fuerza de la femineidad en un título. Desde Misiones Ambiental inauguramos una columna que busca reivindicar y homenajear a varias luchadoras que, a pesar de los obstáculos, se han puesto en primera fila para defender y conservar el ambiente. Muchas han perdido su vida en el intento.

La mujer, desde los comienzos de los tiempos ha tenido una relacion especial con el ambiente que las rodeaba contribuyendo al bienestar y el desarrollo sostenible de sus comunidades, así como al mantenimiento de los ecosistemas, la diversidad biológica y los recursos naturales del planeta.

Su interacción con el ecosistema es algo natural siendo catalogadas también a través de los tiempos como magas, brujas, chamanas, sabias conocedoras de la botánica y de los bosques. Su sensibilidad solo se iguala a su fuerza. Sin embargo, el reconocimiento de lo que las mujeres aportan o pueden aportar a la supervivencia del planeta y al desarrollo, sigue siendo limitado. La desigualdad de género y la exclusión social siguen aumentando los efectos negativos de la gestión ambiental insostenible y destructiva sobre las mujeres y las niñas.

La voz de nuestras hermanas, que a diario luchan por nuestra casa común es cada vez mas escuchada. No tiene edad, no tiene raza, es una fuerza arrasadora que llegó para quedarse. Aun así, todavía queda mucho por hacer para apoyar el papel de la mujer en la toma de decisiones y la garantía de un futuro mejor para todos

ME LO DIJO EL RÍO : Hoy Berta Cáceres

«Y creo que en todo eso también hemos aprendido a que pese a que es muy duro, muy doloroso, hemos aprendido también a luchar con alegría. A luchar con alegría, con esperanza, con fe. Hemos aprendido a luchar en diversidad. Hemos aprendido a luchar con música, con ceremonias, con espiritualidad. Donde nos acompañan nuestros ancestros y ancestras, nuestros Nahuales, nuestros espíritus. Eso es. Creo que eso es lo que nos alienta. Y saber que aquí no hay otro planeta de repuesto. Solo hay uno.» Berta Cáceres .

Berta, fue hija de Austra Bertha, partera, enfermera y alcaldesa, quien dio amparo a muchos refugiados de El Salvador durante la guerra civil de ese país, además sometió la moción de la firma de Honduras del Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales, el cual fue firmado en 1995. También impidió que se instalara un batallón en La Esperanza para evitar la militarización, ya que los militares suelen hacer acosos a los pueblos y a las mujeres indígenas.

Durante su infancia y adolescencia Berta pudo ver y unirse a las luchas de su pueblo, uno de sus hermanos fue balaceado y perseguido, su otro hermano fue secuestrado y torturado por seis meses, su madre fue vigilada por 12 años y fue secuestrada en 1992 por un coronel egresado de la Escuela de las Américas, que luego fue ascendido.

Al formar parte de su pueblo participó en muchos de sus ritos y tradiciones, entre ellos, la compostura al agua.

Berta Cáceres era una mujer indígena lenca que, durante los últimos 20 años, trabajó en la defensa del territorio y los derechos del pueblo Lenca. En 1993, Berta co-fundó el Consejo Cívico de Organizaciones Indígenas Populares (COPINH), el cual organizó feroces campañas contra los megaproyectos que violaban los derechos ambientales y a la tierra de las comunidades locales.

Berta se enfrentó, y a menudo derrotó, a madereros ilegales, dueños de las plantaciones, corporaciones multinacionales y proyectos de represas que cortaban los suministros de alimentos y agua a las comunidades indígenas. Como respuesta a su batalla por los derechos de su pueblo y de otros grupos indígenas de Honduras, recibió amenazas de muerte, violación y ataque físico.

Se enfrentó a cargos falsos de «posesión ilegal de un arma de fuego poniendo en peligro la seguridad del Estado de Honduras,» usurpación de tierras, y coacción. También fue acusada de provocar más de 3 millones de dólares americanos en daños y perjuicios a DESA, una empresa hidroeléctrica. Ganó el Premio Ambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas del ambiente.

El 3 de marzo de 2016, unos atacantes no identificados irrumpieron en el domicilio de la recocida defensora indígena Berta Cáceres y la asesinaron.

En una entrevista realizada en diciembre de 2013 por Dick y Mirian Emanuelsson, Berta denunció el acoso y la persecución a las tribus indígenas y el robo de sus tierras ancestrales por parte de el gobierno de Honduras, y la venta de la tierra y recursos naturales del país.

Los espíritus del agua son femeninos

Denunció las 47 concesiones (permisos de explotación) otorgadas a empresas transnacionales mediante el uso de testaferros o prestanombres hondureños luego del golpe de estado de 2009, en las que se vendieron tierras, recursos y ríos mientras las comunidades que cuidaron de ellos durante milenios eran desalojadas, quedando desprotegidas; donde los ríos, la tierra e incluso el aire pasan a ser de las transnacionales. Los ríos en muchos casos son desviados y dejan de pertenecer a las comunidades, y la contaminación o deforestación de estas zonas por empresas deforestadoras eliminan también la flora y fauna de estas tierras.

Para Berta y su tribu el desvío del río significa la muerte para las comunidades, además de un ataque espiritual a ellas, ya que los espíritus del agua en su cosmología son femeninos y vitales en sus comunidades.

Su apelación al préstamo de 15 millones de dólares por parte de los Países Bajos, al violentar el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales y el derecho a consulta a los pueblos indígenas, se debió a la consulta ilegítima realizada a la empresa DESA, a una organización gubernamental y a una secretaría gubernamental de asuntos indígenas y africanos en lugar de consultar a los pueblos directamente afectados.

Berta Cáceres denunció también al exministro de SERNA (Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente), Rigoberto Cuéllar, de ser testaferro de la empresa DESA (Desarrollos Energéticos Sociedad Anónima) al juramentar que no existía el pueblo lenca en Río Blanco ya que no había ningún documento que hiciera constar la existencia de miembros de esa etnia en esta región, y que debido a esto fue puesto por el presidente Juan Orlando Hernández como fiscal adjunto para blindarlo legalmente por todo el daño hecho por las zona de empleo y desarrollo económico ), empresas mineras, hidroeléctricas, etc. a los pueblos, tierras, flora y fauna afectados en el país.

Denunció el soborno de 1 a 20 millones de lempiras (moneda local ) a alcaldes y a líderes indígenas.

También denunció las amenazas de muerte que recibió, el acoso sexual y telefónico, y las amenazas recibidas por el excoronel de la fuerza aérea Douglas Geovanny Bustillo mientras este trabajaba como jefe de seguridad de DESA (Desarrollos Energéticos Sociedad Anónima),​ así como la persecución judicial recibida por parte del gobierno.

En una entrevista llevada a cabo el 7 de mayo de 2015 por CNN, Berta expresó cómo las nuevas leyes estaban violentando el derecho a la expresión de los grupos indígenas y el derecho de la defensa de sus tierras y comunidades, y de cómo el gobierno persigue a quienes protegen sus tierras.

El documental ‘Guardiana de los ríos’ muestra la lucha de Berta Cáceres en defensa del agua en Honduras. «Cuando iniciamos la lucha contra Agua Zarca”, solía decir. “Yo sabía lo duro que iba a ser. Pero también sabía que íbamos a triunfar.«Me lo dijo el río»…señalo en una de sus entrevista Berta Cáceres.

El mundo perdió a una persona irrepetible y eso nos tiene que doler a todos. Pero Berta Cáceres no está muerta, está multiplicada. Ella sigue presente en cada una de las personas que continuan con la lucha por al ambiente.
«Mi madre me dejó muchas enseñanzas y toda su fuerza. Las personas que luchan por la vida, nunca mueren » dijo su hija Berta Zuñiga en una entrevista.

PARA JUANI
Silvia Romero. MAmbiental

© 2020, MisionesAmbiental.  todos los derechos reservados.

Diseño Web . Coco Jara