Reconvertirse sustentablemente : Modelo económico de la ‘dónut’: la guía que utilizará Ámsterdam para salir de la crisis post Covid-19

Con los derechos sociales de toda la población como piso y los límites del ecosistema como techo, se está poniendo en marcha el modelo de desarrollo detrás del libro La economía del dónut, de la economista de la Universidad de Oxford, Kate Raworth. La publicación servirá como estructura para las nuevas reglas socioeconómicas que se buscarán implementar en la capital de Holanda una vez superada la crisis sanitaria y desatada su consecuencia: una catástrofe económica de grandes proporciones.

El concepto de la dónut simplifica bastante el modelo de desarrollo económico propuesto por Kate Raworth, el cual –según informa el medio británico The Guardian–será implementado como motor del renacimiento de Ámsterdam, la capital de Holanda, luego de superada la pandemia del coronavirus. «Puede sonar extraño que hablemos de lo que viene después [del coronavirus], pero como gobierno tenemos que hacerlo», explica Marieke van Doorninck, alcalde de Ámsterdam, a The Guardian. Y lo que viene es la dona de Raworth.

La economía de la dónut: Siete formas de pensar como un economista del siglo 21 utiliza una dona para elaborar una estructura que guíe una revolución en el sistema económico global, con los derechos sociales como base y la capacidad productiva del planeta como límite.

En la cara interior de la rosquilla, ahí donde termina la masa y comienza el agujero característico de la dona, están los derechos sociales de la población: comida, educación, salud, voz política, agua y vivienda son algunos de los 12 pilares en los que se cimenta el modelo. Los 12 puntos de la teoría hacen referencia a los Objetivos de Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas, una serie de objetivos a cumplir para el 2030 con la meta de superar la desigualdad extrema y el calentamiento global. Todo aquel que no tenga garantizados estos pilares está viviendo en el hoyo de la dónut de Raworth, es decir, fuera de un mundo justo y, por tanto, fuera del modelo: algo que no puede ocurrir.

Del otro lado, en el borde externo de la dona, están los límites al modelo: la capacidad del planeta. La acidificación de los océanos, la contaminación del aire, la conversión de ecosistemas en pos de la producción y la destrucción de la capa de ozono son algunos de las nueve limitantes para una economía cuyo objetivo es mantener una sociedad sana.

La dona, entonces, es todo lo que está entremedio de estos dos límites, entre los derechos sociales mínimos que deben ser garantizados y el impacto máximo al ecosistema que puede permitirse antes de que sea irreparable. Este espacio es catalogado por Raworth como «el espacio seguro y justo para la humanidad», donde «el desarrollo económico inclusivo y sustentable» es posible.

Modelo de la Dona, por la eco economista Kate Raworth

Junto con la estructura, la economista de la Universidad de Oxford desarrolla también 6 dogmas establecidos por el sistema capitalista actual, donde el crecimiento es el único objetivo visible y justificable. Un artículo del medio español El País lista algunas de estas reglas actuales –las cuales hay que cambiar para lograr el sistema de la dona– como «la eficiencia incontestable del mercado; la racionalidad egoísta del individuo; la simplicidad mecánica de la oferta y la demanda; la inevitabilidad de la desigualdad y el crecimiento ‘sucio’ como fases del desarrollo; y, claro, la santificación del crecimiento del PIB como indicador de referencia».

En su libro, Kate Raworth aplica su dona al mundo actual, evidenciando una realidad desoladora que pone en entredicho los objetivos y justificaciones del sistema imperante.

La idea de que Ámsterdam se haya comprometido a crear una economía totalmente circular para el año 2050 es fantástica», explicaba en un debate de la cadena holandesa VPRO la economista Raworth, «es algo totalmente nuevo por lo que nadie sabe todavía lo que esto significa».

La rosquilla que propone Raworth, de hecho, no es una guía de políticas concretas, sino más bien una manera de analizar el sistema económico para orientar las decisiones. Su modelo se basa en una imagen muy sencilla: la humanidad debe vivir dentro de un donut. En el agujero interior del donut se encuentran las necesidades básicas para el bienestar: comida, agua potable, vivienda, energía, sanidad, igualdad de género, sueldo de subsistencia y libertad política. La zona que se encuentra fuera del donut representa el techo ecológico y los puntos de inflexión que los científicos han identificado como una amenaza para la vida en el planeta, desde la capa de ozono a la acidificación de los océanos. En medio, en lo que sería el donut en sí, se encuentra lo que llamaríamos bienestar.

Raworth ha explicado estos días que la manera de traducir su modelo en políticas concretas implica primero acumular múltiple información de sectores diversos para hacer un «retrato de la ciudad». El retrato deberá analizar las necesidades de los ciudadanos para que prosperen y alcancen un cierto desarrollo pero también deberá considerar su impacto ecológico y global.  

La semana pasada, Raworth exponía en The Guardian un ejemplo de cómo la teoría se podía llevar a la práctica explicando el problema de escasez de vivienda que experimenta la ciudad de Ámsterdam.

En este momento, el 20% de los residentes de la capital holandesa no puede cubrir sus necesidades básicas tras pagar el alquiler. Una de las soluciones que se proponen es construir más edificios pero ello aumentaría drásticamente las emisiones locales de CO2, que se han incrementado hasta un 31% desde la década de los 90.

El análisis de la rosquilla conecta todas las variables y mira más allá, relacionando este problema local con un sistema internacional donde abunda un capital flotante que está invirtiendo en propiedades de grandes ciudades subiendo el precio para sus habitantes. La teoría del donut, explica, no ofrece una solución concreta pero sí una manera de mirar.

En varias intervenciones en las que ha participado desde su casa estos días, Raworth además insiste que habría que usar la crisis del Covid-19 para buscar nuevos paradigmas que permitan mejorar las deficiencias de nuestro sistema.

A nivel mundial, ninguna de las bases de la teoría (o la parte interna de la dona) son respetadas, siendo la salud, la equidad social, la educación, el acceso a las redes, la paz y justicia y la equidad de género los pilares con mayor incumplimiento para una sociedad justa.

The Guardian – MAmbiental

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